miércoles, 4 de julio de 2007

Palabras del I congreso

Estamos muy satisfechos de generar este espacio de reflexión, de participación, de toma de conciencia y resistencia. Por eso siempre digo que la dominación no comienza por lo económico, la dominación comienza por lo cultural. Tenemos que revertir esto y aceptar el desafío de la creatividad, de la conciencia crítica de la organización.

Antes de entrar en el tema concreto del encuentro de las lenguas, quiero señalar algunos aspectos. Ustedes se enteraron que estos días en Roma tuvimos un encuentro con mapuches y el empresario Benetton. También conocen que los Pueblos Originarios, los pueblos indígenas, fueron saqueados históricamente desde la época de las conquistas hasta hoy: les han quitado sus tierras, han tratado en matar sus culturas, su identidad sus valores, pero tenemos que decir que no lo lograron. Los pueblos resistieron, resisten y continúan en la lucha por sus derechos y nosotros tenemos que acompañarlos, ser solidarios. Cuando esta gran empresa, que si bien hablamos de la Patagonia, no es el único lugar, ya que es problema de todo el país, podríamos decir del continente. Pero fundamentalmente del país, ya que hemos viajado, hemos estado en Salta, por ejemplo, acompañando a las comunidades donde una gran empresa, la Seabord Corporation, norteamericana, compró el Ingenio el Tabacal del terrateniente Patrón Costas, en cuyo establecimiento todavía había una escultura de bronce con un látigo en la mano. En esa provincia, donde el gobernador vendió las reservas forestales que están siendo arrasadas para plantar soja transgénica, hay una complicidad entre empresarios y gobierno.

También podemos hablar de las Cataratas del Iguazú, donde están mis antepasados, los Guaraníes, donde está enterrada mi abuela guaraní, donde les quitan las tierras para hacer centros turísticos, hemos estado también ahí; en Jujuy, donde hoy ingresan las empresas mineras para sacar el oro y en estos momentos hay muchas de estas empresas que esperan la autorización para ingresar en la Argentina y sacar el oro. Estos son sólo algunos aspectos.

En el caso concreto de Benneton, después que un juez expulsó a un matrimonio mapuche, envié una carta abierta a Benetton publicada en un diario italiano, explicándole la situación. Esa carta la contestó y luego me hizo saber de su interés para tener una entrevista en Treviso. A través de eso logramos el encuentro que se realizó hace 4 días en Roma, donde tuvimos la solidaridad y apoyo del alcalde de Roma, Walter Veltroni y de la Fundación Gorvachov. Allí tuvimos la reunión de los Premios Nobel de la Paz, a quienes se les explicó cuál era la situación. Logramos esa reunión en el Campidoglio de Roma con la presencia del Embajador argentino en Italia y la presencia del Alcalde Veltroni, en la cual los mapuches pudieron tener un diálogo con Benetton; nosotros simplemente nos hemos limitado a acompañar ese encuentro. La familia mapuche plantea la restitución de 385 hectáreas de tierras del llamado lote Santa Rosa. El empresario italiano ofrece 2.500 hectáreas de tierra cultivable para entregarle a los mapuches a través del gobierno, y todavía estamos esperando que mande los planos donde están esas tierras. Hemos servido como intermediarios, y lo haremos en todo el territorio argentino y América Latina, en donde venimos trabajando hace más de 30 años acompañando los pueblos. Este es nuestro compromiso.

Y hablando concretamente del Congreso de LaS LenguaS, muchos periodistas me preguntaron si esto es en contra del Congreso de la Lengua Española. Yo les digo que no, esto es para buscar una alternativa y es el derecho que corresponde a los pueblos originarios: respeto a su lengua, su identidad y sus valores. Nosotros no estamos en contra de, queremos construir un espacio de libertad. En el pueblo de mis antepasados, el guaraní, hay en su memoria una historia, que es la búsqueda de la tierra sin mal; la tierra sin mal es la búsqueda de la libertad, del derecho, de la igualad y la fraternidad. Todos los pueblos estamos en búsqueda de la tierra sin mal, la encontramos en los libros sagrados, cuando el pueblo de Israel sale de la opresión de Egipto y va en búsqueda de la tierra prometida. Nuestros pueblos en este continente lo llaman América Latina; yo prefiero llamarlo de otra forma: Abya Yala, que significa el continente de la tierra fecunda en lengua kuna. Es el camino que tenemos que buscar para que esa tierra fecunda pertenezca a todos. En la carta que le mando a Benetton, le hago una pregunta, una sola pregunta. Le digo ¿quién le compró la tierra a Dios?. Yo creo que ésta es para todos, para aquellos que la trabajan, para los que tienen esa identidad, y también les digo que Mapuche es “gente de la tierra”. Este “che” que nosotros utilizamos permanentemente, significa ser persona, significa gente. Cuando decimos che, le es tamos diciendo sos persona, sos igual a mí. ¿Qué hermoso no? Y esto es el valor profundo de las lenguas de nuestros pueblos, de esos Pueblos Originarios. Muchas veces nosotros utilizamos las palabras y no sabemos qué significan, y la palabra es energía. Y esa energía nos tiene que despertar el pensamiento. La expresión de los pueblos es con su pensamiento, con sus raíces.

Mi abuela era una india guaraní, y yo de chico la entendía. Después, por un proceso de aculturación lo fui perdiendo. Lo único que me acuerdo son las malas palabras y no las voy a repetir ahora. Pero, qué hermoso, cuando siento el guaraní, me vienen muchos pensamientos de esa india, que era una contemplativa, y que me enseñó a escuchar el silencio. Ese silencio profundo, esa comunicación con los animales, con las plantas. Y yo pensaba que mi abuela estaba loca porque hablaba con las plantas y hablaba con el viento; hasta que después comencé a comprender la sabiduría. Y quiero compartir con ustedes algunas experiencias. La vida me lleva a muchos rincones de la tierra, y el año pasado estuve en Chiapas, donde como Servicio de Paz y Justicia estamos trabajando en las comunidades. Estamos trabajando en 14 países de América Latina, y allí me encontré con hermanos y hermanas mayas. Nos reunimos a tomar un refresco, y yo les pregunté –“¿para ustedes qué es el desarrollo?”. Y los hermanos mayas me devolvieron la pregunta: “-Y ustedes qué quieren desarrollar?”- “¿Qué quieren, más computadoras, más dinero, más coches?”. Entonces, me sorprendió eso, y les volví a preguntar: “Ustedes qué piensan qué es el desarrollo?”. Y me dijeron: “En nuestro idioma no existe la palabra desarrollo”. Les digo entonces, “¿Qué existe, qué otra palabra hay semejante?”. Y miren ustedes qué diferencia. Me dijeron: “En nuestro idioma existe la palabra equilibrio. Con nosotros mismos, con los demás, con el Universo. El equilibrio con Dios, que es la armonía de la vida. Cuando se quiebra ese equilibrio viene la violencia”. De esa manera me dieron una lección. La verdad que todos los días aprendo. En este caminar por la vida aprendemos permanentemente y estamos para aprender. Este concepto de equilibrio se enfrenta por ejemplo, a la locura de Bush, las guerras preventivas; esta locura que sigue con su reelección. Me acuerdo mucho de Borges, cuando dice “No los une el amor sino el espanto”.

Pero, ese sentido profundo de comprender lo que es esa sabiduría del Universo, y el equilibrio que nosotros hemos perdido. ¿Cómo lo recuperamos? Lo recuperamos volviendo a las fuentes, a las raíces, a la identidad, o a los valores, a la espiritualidad de nuestros pueblos. En este mundo masificado donde hoy se nos impone el pensamiento único, de que no hay salida, de que la economía es esto. Donde nos están saturando que la economía debe ser esto, que tenemos que pagar la deuda externa.... Nosotros no tenemos que pagar nada, no somos deudores, somos acreedores. Porque nos han saqueado por más de 500 años. Y yo creo que tenemos que ir pensando en todo esto. Cómo restablecemos el equilibrio? ¿Cómo restableceremos el sentido profundo de la vida?. Ustedes conocen que la sabiduría no está en aquellos que leen más libros, y muchas veces la sabiduría no está en las Universidades. Está en aquellos que comprenden el sentido profundo de la vida. Desde ahí podemos comenzar a pensar, a recrear la vida; nuestras propias vidas y aquellas que compartimos.

Hoy me acordaba de un amigo, con quien estuve hace poco tiempo en Italia, uno va a venir por aquí , es un amigo de luchas, de caminadas en América Latina, es Ernesto Cardenal, que espero venga a este Congreso. Otro amigo, que estuvo hace pocos días aquí, es Eduardo Galeano, y estuvimos reunidos los tres en Piacenza, en un encuentro público masivo; en una plaza, conversando con la gente. Y quiero compartir con ustedes esto que dijo Eduardo. Le preguntaron dónde tomaba él los temas para escribir. El dijo que escuchaba al Pueblo, y contó un cuento muy simpático como ejemplo: Dice que un cocinero había hecho una asamblea en la cocina, donde estaban las gallinas, los patos, los faisanes, los chanchitos, los cabritos. Entonces, en la asamblea el cocinero les dice: “Los he reunido aquí para hacerles una pregunta”, todos los animales entraron a mirarse, y la pregunta es “con qué salsa quieren que los cocine?”. Los pobres animalitos estaban aterrorizados y se miraban entre sí. Por ahí se sintió una vocecita de la humilde gallinita, que dijo: “yo no quiero que me cocinen”. El cocinero, inflexible, dice: “un momento, eso no está en cuestionamiento, lo único que ustedes pueden elegir es la salsa en la que van a ser cocinados.”

Esto está pasando con nosotros. A nosotros lo que nos quieren dejar elegir es la salsa con que nos quieren cocinar. Y nosotros no queremos ninguna salsa. Lo que queremos es tener la libertad de elección, la libertad para poder decidir por nosotros, y que no decidan por nosotros. Esta es la diferencia. Y para esto necesitamos de la conciencia crítica, necesitamos de los valores del coraje, para alcanzarla. Y ese coraje nace de algo que los campesinos saben perfectamente bien, lo que siembra se recoge. Si nosotros plantamos maíz, cosecharemos maíz, si plantamos trigo, cosecharemos trigo. El futuro se construye con el coraje que tengamos de hacer el presente, no hay otro camino. Y para esto necesitamos saber cuál es el camino. Ninguno de nosotros tenemos la receta, no hay recetas. Nosotros tenemos que elegir y para esto tenemos que hacer memoria, que no es para quedarnos en el pasado, sino para iluminar el presente. Porque es a través del presente donde podemos generar y construir el futuro. Si nosotros nos quedamos viviendo solamente la angustias existencial, no avanzamos. Hay una angustia existencial, pero no podemos quedarnos en eso, tenemos que construir, tenemos que generar, y ése es el desafío de las utopías.

La otra cosa que quisiera compartir con ustedes, que llegamos a un alto en el largo camino de los Pueblos en su lucha por la identidad. Esto es por lo están luchando y están recuperando los Pueblos Originarios, que soportaron todas las dominaciones y sobrevivieron. ¿Porqué sobrevivieron?. Porque tuvieron la capacidad de preservar su identidad. Y aquí, en este Congreso de LaS LenguaS tenemos representante de Cataluña, de Galicia, del País Vasco, porque también fueron lenguas oprimidas, pero lograron sobrevivir en la resistencia. Necesitamos de la resistencia cultural, de la conciencia crítica y de la organización. Ustedes, que están aquí y van a participar estos días, es importante profundizar la memoria, en tratar de volver a las raíces. Un amigo en Africa me contaba, y también lo vemos en toda América Latina y aquí en Argentina, que en sus aldeas, comunidades, existe el Consejo de Ancianos. Ellos son los que preservan la memoria, la historia de su pueblo y la sabiduría que tienen que transmitir de generación en generación. Aquí, en las ciudades, a los ancianos los mandan a los geriátricos. Y no son capaces de apreciar la sabiduría que nos transmiten. En esta sabiduría enseñan una cosa, que no tienen que olvidar ningún joven ni nosotros, es “si no sabes adónde vas, regresa para saber de dónde vienes”.

¿Y cuál es el desafío? El desafío que hoy tenemos todos, la humanidad, es enfrentar esto que hoy se nos impone como el pensamiento único. Este pensamiento único de que no hay salida, que es esto o el abismo. Es un proyecto de muerte, de dominación y de sometimiento. Lo vemos hoy en el mundo. Lo vemos en las grandes transnacionales que están por encima de los Estados. En esta maldita deuda externa, que es la deuda eterna y la hemos pagado muchas veces y nosotros no somos deudores sino acreedores, nos deben ellos a nosotros. Hay más de 70 millones de hermanos indígenas masacrados en la conquista del Continente. Y nosotros tenemos que fortalecer y profundizar en el pensamiento propio, en las identidades, en los valores, en la espiritualidad. En el sentido profundo de la vida. Volver a las fuentes. Esto que decía ese gran teólogo Gustavo Gutiérrez, el padre de la Teología de la Liberación, que dice: “Beber en su propia fuente”. Es volver otra vez a las raíces, ser Pueblo. Ser Pueblo no es juntar gente, podemos ser mucha gente y no ser Pueblo. Para serlo necesitamos de una identidad, de la memoria, de la raíz, de la lengua. Las lenguas no surgen porque sí, surgen a través de la comunicación que el ser humano tiene con la naturaleza, y siempre hay unreferente y esa energía de la palabra hecha pensamiento es lo que nos recrea la vida y nos permite la comunicación. Y creo que estamos frente a ese desafío; el desafío de la conciencia, de los valores, de la identidad. El Congreso de LaS LenguaS es comenzar a profundizar esto, comenzar a vernos, a mirarnos. Hay una historia no contada que se transmite de mano en mano, de boca en boca, de mirada en mirada, y es la historia de los pueblos. Porque la historia que nos enseñaron es la historia de los dominadores, nosotros tenemos que volver a reescribir la historia. De esa mirada en mirada, de mano en mano y de corazón a corazón, y únicamente a través de eso podemos comenzar a comprendernos como Pueblo. Esta pérdida de la identidad, esta masificación, que en un momento fue la lengua castellana, hoy es el inglés. Esta dominación cultural, esta dominación de los pueblos para masificarnos y destruirnos como pueblos. Aquellos pueblos que pierden la memoria, su identidad, su lengua, son pueblos llamados a desaparecer. Y esto lo tenemos que tener muy claro. Y en el Congreso de laS LenguaS vamos a ir profundizando, en esta memoria, escuchar a los hermanos que vienen de otros lugares y traen su cultura, su identidad, su música, su plástica, su sentido profundo del saber y del compartir. Creo que esto nos puede dar a cada uno de nosotros esa identidad, como nos decían los hermanos mayas de Chiapas: restablecer el equilibrio, restablecer la conciencia y el sentido profundo de la libertad. Esta búsqueda permanente de la tierra sin mal. Pero en cada pueblos podemos encontrar esto. El esfuerzo que hemos iniciado no termina aquí, como bien lo acaban de decir, este es el Primer Congreso de LaS LenguaS, hoy hay una vitalidad, una fuerza enorme en el Continente de Abya Yala y se está poniendo de pie, donde los pueblos reclamando sus derechos, han dejado de ser espectadores para asumirse como protagonistas y constructores de su propia vida y de su propia historia. Este es el desafío.

Gracias, buen éxito y unidad!!